jueves, 14 de agosto de 2014

Escenas. 1.

Sí, soy muy glotón, ahorita que fui por el helado compré además una mantecada y un pancito que está hecho por dos tapas semicirculares, rosaditos y con crema en la mitad, llenos de azúcar en la superficie, como un churro, cuando fui por el pan le dije a quien me atendía:
- Me das por favor una mantecada y uno de estos panecillos rosados.

Ella asintió en silencio mientras terminaba de atender a un cliente y mientras yo esperaba en silencio llegó una cliente, una señora ya algo mayor. 
- Veci, tendrás pan para hacer sánduches?
Entonces ya la señora de la panadería terminando de atender al cliente que precedía a mi persona contesta con una sílaba:
- Sí
Mientras regresaba a su puesto de trabajo detrás de una vitrina de poco menos de metro cincuenta centímetros, la señora mayor siguió con las indicaciones mientras señalaba algo pensativa un par de panes con queso en la vitrina.
Sin detener a la nueva clienta, quien me atendía me preguntó de nuevo "¿qué quiere vecino?" mientras que preparaba la bolsa donde lo iba a guardar. Le repetí el pedido. 
- Una mantecada y uno de esos panecillos rosados por favor
Durante este instante la otra clienta permaneció en silencio y justo al terminar de hablar, como si le hubiesen hecho la pregunta también, indico los panes que quería y agregó:
- También dame uno de estos de "brazo de reina".
Y me echó una leve mirada al rostro, en la que se podría leer "así es que se llaman chico, ¿cómo no vas a saberlo?", yo continuaba mirando a la nada como si no hubiera notado nada mientras terminaban de preparar mi pedido, en mi boca se empezaba formar una pequeña risa que tuve que soportar temporalmente.

No pude evitar sonreír al salir de la tienda.
La señora no dijo "dame también uno de esos", ya que la señora de la panadería estaba escogiendo uno de ellos para mi, aunque yo ignoraba el nombre de ese panecillo. También es gracioso el gesto que hizo al mirarme indicándome el nombre. También es gracioso, sé que ese no es el "brazo de reina" y por último, es gracioso como se puede interrumpir con facilidad mientras alguien atiende a un cliente, sin más.
Agradezco la generosidad algo equivocada en decirme el nombre equivocada del panecillo, ó su antojo conveniente para darme ese nombre.
Tenemos esta tendencia a definir y dar por hecho algunas cosas cuando alguien de nuestra confianza nos confirma algo, un nombre, concepto u hecho, así poco a poco matamos la curiosidad.
Así poco a poco aprendo que no debo hablar de lo que no sé.

*Nota: Les debo una foto y el nombre del panecillo.

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