sábado, 16 de abril de 2016

Escenas 9. Sobre el arte; el orden y el silencio en el León.

En más de una ocasión he estado aquí, sentado en estas sillas algo viejas, un profesor en alguna clase comentaba:

- Hacerle una renovación, re-estructuración, al León de Greiff, es una cosa complicada, pues es una caja de música... ¡hasta las sillas son acústicas!

Acá estoy sentado en una de sus sillas acústicas cuyo asiento se recoge si no hay nadie en el puesto, esto es para facilitar la entrada y distribución de personas dentro de la gran cajilla musical de la universidad.

Me acomodo una y otra vez en el puesto hasta encontrar la forma de sentarme sin estar incómodo, la silla chirrea un poco y el mecanismo que recoge al asiento está en mal estado, que si me descuido o me siento mal este podría bajar de más y yo quedar en el suelo. 

"Esta cajilla es hermosa, pero necesita sillas nuevas", pensé. 

Existe un ligero olor a guardado, a madera, pero es algo cómodo y familiar, como ese olor que tiene la habitación de uno, que al quedar completamente cerrada tras irse un fin de semana a pasear, no se congela al tiempo si no que se hace con este olor característico, demostrando que sin la observación de nosotros, las cosas siguen su ritmo propio, independientes, casi indicando en cierta forma su vida propia.

Me hice en el mejor lugar que encontré disponible, en el patio de las butacas, adelante del escenario, en el centro, a una altura parecida a quienes vinieran a presentarse, podría verles de frente, pero ni una pizca de arriba, así estuviesen sentados. A mis lados gente desconocida, mi amigo no está - él me invitó- demora en llegar, por lo que he decidido que si me toca estar solo, disfrutaría bien la presentación sin esperar a que llegase para sentarnos juntos, después de todo acá no vamos a hablar, si no a escuchar, y no hay mejor que el centro para estos evento, la filarmónica interpretaba un par de composiciones y un concierto para violín.

En el escenario sólo habían sillas vacías, una luz fuerte y en el resto de la caja musical, una luz tenue suficiente para que cada quien hallara su puesto. 

Estando la mayoría sentados, se sentía un bullicio suave, tenue, sin ecos, como el ruido constante que hay en el mar, pero a lugar de olas chocando, eran voces y palabras incomprensibles, excepto las de aquellas personas ubicadas cerca de mi, la verdad; probablemente compararlo con el mar sería un error, dado que esta cambiaba generaba subidas y bajadas de voces con mayor irregularidad que la de las olas.

Suena un segundo timbre y empiezan a entrar los músicos junto con sus instrumentos, se sientan, sonríen y charlan un poco entre ellos, se unen a la marea de voces. Los instrumentos parecen perfumar el auditorio, agregando al olor de quietud, tintes de madera algo fresca, vieja, metal, y ropa formal limpiada en una tintorería; los músicos de orquesta siempre son bastante presentables en el escenario, aunque a pesar de percibir este conjunto de olores, jamás he captado un perfume personal; el auditorio queda como un templo con perfume intachable de madera y polvo.

Tercer timbre y como si acabase la lluvia que irrumpe con la calma de un estanque al aire libre, todo empieza a quedarse callado y quieto. el estanque calma sus olas, y empieza a parecerse a un espejo ligeramente imperfecto; el León esta casi en silencio.

Entra el director de la orquesta, hace una reverencia, es aplaudido y al dar la espalda todo queda en silencio.

Empieza la obra.

Alguna vez comentaba con otro amigo, la naturaleza, si bien tiene tendencia al desorden, generaba cosas ordenadas, debido a que el azar de las cosas, a veces por coincidencia genera cosas que desde la perspectiva humana son ordenadas. No quisiera adentrarme en el dilema entre si el universo es desordenado ó no, ó si las leyes que lo modelan en realidad conllevan ó no a un inexplicable e ineludible caos. 

Quiero comentar, qué es el orden para nosotros los humanos.

Qué es desde nuestra perspectiva, organizado.

En aquella ocasión comentábamos, el trabajo, es energía "organizada", pero siendo el universo desordenado era modelar y controlar esta energia para que hiciese algo.

Esto es entonces el orden y organización, para nosotros los humanos. forzar algunas cosas para hacer otras, el silencio, para escuchar la orquesta, la concentración para el compositor, la mirada constante al papel para la interpretación.

Esto es en cierta forma, como comentaba en otra ocasión un profesor, "arte", por gusto, por eso los humanos hacemos las cosas con "arte", con un sentido estético, pues lo que hace es ordenar las cosas, de cierta forma, con alguna idea ó fin, así es como percibí, en ese instante, a qué se refería con el arte, allí en el orden y el silencio en el León.