lunes, 16 de noviembre de 2015

Dénme agua, no necesito sol.


- A nosotros, nos sirve más el claro de la luna y nos afecta más la nueva nueva que los días soleados y febriles... Nosotros...- Continuaba, como si susurrase a sí, dentro de un inesperado momento de inspiración y desahogo- somos ese tipo de humanos.

- Clasificarse como una particularidad ó una clase rara resulta bastante egoísta.

Mi rostro apuntaba al suelo como si hubiese si quisiera reflejarme allí, miré de reojo y su mirada estaba en mi. En ese lugar, estábamos tan absurdamente solos, ensimismados, que si no fuese por la constante sensación de estar aferrados a la tierra por fuerza de la gravedad, nos sentiríamos flotando en el fondo la obscuridad, pero no, no una agobiante negrura espesa,  si no como hundidos en aguas tibias, sin luz, sin un "arriba" ó "abajo".

En ese  lugar estábamos , ni lejos ni cerca, sin tocarnos pero sin dejar de estar consientes del lugar del otro, cómodos, como la temperatura a la que llega la ropa al tenerla puesta un buen rato, como la forma en que las pijamas se ajustan a la pereza de un domingo en casa.

- Siempre, de alguna forma llego a tí en mis días más ambiguos. No me dan ganas de hablar contigo si no para afirmarme que aquí, en estos instantes, afirmo esta...

- Resignación

- Resignación de...

- Estamos resignados a vivir.

Con un breve silencio se acomodó en su puesto y un ruido de ropa acompañaba bien el hilo de pensamientos y el silencio después de la última frase.

- Eso suena más lúgubre que un suicida caído en desesperación

- Sabes que no, aquí estamos bastantes calmados.

- Bueno, sí, eso, resignación...Dame agua, tengo sed, - miró hacia el techo como si tratara de ver en este el cielo de la noche.

- "Dénme agua, no necesito sol." - contesté- como la canción, así quizás estamos los dos.

- Sólo tú conoces esa canción.

lunes, 13 de julio de 2015

¿Qué estás pensando?

Quiero ser leído,
preciso ser leído en este momento,
donde mis fuerzas fallan.

¡Alguien lo note!, ¡por favor!, ¡socórreme!;
no sé que hacer con la realidad;
absurda realidad penosa.

Dudo, debato, decido;
escapo, llanto, suspiro.

Este día, no lo he visto, sí el sol estuviera en lenta marcha, que triste se vería, si las nubes empañaran la vista azul del cielo, con qué facilidad roban los colores. Si de noche fuese, ni luna ni estrellas iluminara y si fuese todo negro que seco e imponente sería.

Y no encuentro solución, no hay solución, no logro llegar.
Por eso escribo, necesito ser leído, alguien, sepa socorrerme y calmarme, ahora, le necesito.
...
Quiero ser leído;
preciso ser leído en este momento,
esto llamo felicidad;
este instante, debo mostrar, mi felicidad.

Alguien lo note y alégrese conmigo;
quiero impregnaros con mi dicha ó ¿quizás quiero manchar de envidia?

Sonrío, escribo, canto;
hago de esto mi ser, me baño en este instante.

Este día, el sol seguro radiaría con fuerza, las nubes serían un bello contraste con todo el color del paisaje que fuese; de seguro el cielo de la noche estará manchado de colores surrealistas marcando el trazo de la galaxia donde pertenezco.

...

Quiero, preciso, necesito, debo no ser leído.

lunes, 8 de junio de 2015

Escenas 7. Sé de estos.

Sé de este, que cuando le dejan, él deja un cambio a tiempo, digamos, cronometrado, como una bomba de tiempo, en la otra persona.

El se acercó a ella queriendo pulirle y hacerle brillar, pero no sabría que la prueba final era él mismo.

Ella a lo largo de su relación notó que él tampoco era feliz y se le dificultaba, estando con ella, vivir la vida sin preocupaciones.

Tercos los dos, torpes los dos, no sabían como tenderse de la mano tranquilidad ó felicidad, no, corrijo, la calma, necesitaban la calma para dar un leve suspiro y seguir.

Los suspiros se hicieron más grandes, casi al respirar se les escapaba uno y otro, harían una nube todos los días en el cielo.

Él parece tener esta particularidad de dejar una catarsis a alejarse de la otra persona.

Verás, al final de las relaciones, en ese intento de ir, venir, alargar ó cortar lazos, se pone al límite lo que se vive con esa persona.

Luego de que se eliminan los bordes del contacto y la apariencia física quedan las ideas, conceptos y memorias intangibles de la relación.

Allí surge ese cambio.

¡Oh!, pero no siempre resulta para bien, eso es un hecho, pero me han pedido relatar este capítulo, uno del que no sé mucho.

Sé de esta, que cuando le dejan, marcó el silencio de un compromiso en la boca de él.

Ella hesistante a estar a su lado se dejó tomar de poco a poco.

Él no sabía que gracias a ella logró resaltar emociones que debían ser resaltadas, en su mayoría un desagrado por su vida y su situación.

Él quería explorar la pulcritud, el brillo, una idea egoísta y un poco narcisista si me preguntas.

- ¿Ahora qué es de ellos?.

Creo que ni ellos lo saben. Creo que nada. Creo que no me incumbe, creo que ni me importa.

jueves, 28 de mayo de 2015

Escenas, 6 El ruido de la sombra

Después de una ligera charla forzada sobre el débil estado de los cuerpos,
físico y mental acompañados por una cerveza, con un compañero; camina.

Otra vez estoy solo.

Camina entre una gran multitud de personas mientras se dirige a un pequeño desvío de su destino final.

- Un cigarrillo- dice sin observar al vendedor mientras extiende la mano con dos monedas y mirando de reojo se asegura de entregar el dinero a la mano desconocida del expendedor.

-Gracias.

Se aleja sin observar ni recordar el rostro

Otra vez estoy solo.

Se sienta en un banco, esperar a que acabe el cigarrillo, que frío día, anochecía, no sabía observar el cielo, ó ver la poca luz amarillenta que bañaba a los transeúntes.

Otra vez estoy solo.





¿Será típico de un ser, animal ó existencia adherida al hecho de ser social encontrarse con lo inevitable de la soledad de su existencia?

El individuo por concepto, está solo.

SS

Querido olvido,

Sin razón ni aviso,
sin sentido, sin sabor te das,
ajeno a la memoria, ajeno a la sensación.

Querido olvido, ¿cómo te alejo?, ¿alguna vez te añoré tanto?,
ya no recuerdo, querido, ya no recuerdo; olvido.

martes, 31 de marzo de 2015

Movimiento de cuenta

De que me piense, ó que me dibuje,
por eso, y de lo que escuche de su voz y gestos, podría tratar de definirle.

Como briza tranquila de atardecer,
o la implacable luz que anuncia la mañana,
ni con su nombre podría contenerle, sólo nombrarle.

De sonidos metálicos se hizo la espera,
del frío el tacto resuena en la cabeza.

Entonces televisores, computadores, intinerarios, noticias
y otros arreglos en que distraigo y divago,
que como si en la espera con una ligera distracción
se esperan cual tacones marcando paso, acercando;
obvio aviso, obvio instinto,
las palabras que dijo ya las había leído.

Otra mañana ajena en la misma tierra,
otro mañana ajena en la mente de aquella.

martes, 13 de enero de 2015

Escenas, 5.

En las nubes, de noche, el cielo estaba hecho un océano de nubes. El cielo estaba entre un tono naranja y rosado.

En las nubes, el cielo, se hizo un mar de nubes que pretendían ser olas.

En las nubes; el cielo se hizo un río.

En el cielo las nubes dejaron un fragmento obscuro, azul profundo, casi negro y se dejaban ver un par de estrellas, que por ser dos no podía dejar de imaginarme un pequeño hilo entre ellas.

A veces, las nubes se acercaban, pareciese que las fuesen a arrollar, ¡qué equivocado!, las rodeaban y las abrazaban.

Las nubes caprichosas se movían de un lado para otro, ya no parecía ni un riachuelo, nada, un montón de mantas densas y delgadas jugueteaban lentamente entre sí.

Las estrellas, el par y aquél tenue cordón que les unía sobrevivía, entonces, se hizo otro espacio, una a una estrellas aparecían, el par de estrellas del principio ya no parecía ser especial, ya se habían perdido entre el conjunto de aparentemente tímidas estrellas, como si el cielo tuviese miles de pequeños ojos y se mostrara tímido de ver el mundo cerrando y abriendo diferentes ojos tomando las nubes por párpados.

Despejándose más el cielo, las estrellas parecían ser individuales, contando historias, como si fuesen los ojos de cada entidad contando sus propias historias de tiempos, de distancias.

En el cielo, las nubes parecían ya pequeñas islas quietas flotando en un azul profundo decorado de puntos blancos.

En el cielo, nubes y estrellas arrullan mis ojos, duermo.