domingo, 13 de marzo de 2011

Canibal

Desearía que este este impulso dulce y químico, acabase,
tan típico de el carnis;efímero.
Y aunque es tan dulce, es dulce de un canibal solitario,
desería poder llenarme con suaves deseos, no como ese impulso.

Le llamaré entonces romance, seré un canibal agridulce
esperare los momentos agrios y dulces,
y por ahora me alimentare de esos suaves deseos.

¿Por qué entonces?
"Una eternidad es querer este instante";
no le llamaré al deseo una serpiente;
no le llamaré al azucar una manzana;
quiero alimentarme de agua.

¿por qué entonces?
Saborear la cascara de la manzana
tan debilmente, como solitario,
sin serpiente, y sin destierro.

En donde los suaves deseos son agridulces,
los deseos solitarios y de carnis son dulces,
uno es de canibales y otro de canibal solitario.

Imaginar a merced del viento es.

Y no es que me soltaré al conocimiento de tus dedos,
de estos que no se han tocado aunque haya un tacto,
casi figurativo, que resulta literal por ser virtual.

¡Y yo que sé!, si veré el atardecer de tonos cálidos,
hasta ligeramente degustare del hastiante calor,
yo que sé si será igual a tal como me lo imagino;
bajo la tenue sombra de unos arboles,
cuyas hojas ya secas bailan al caer
por que viento casi no habrá por un momento,
y que parecen crepitar al caer,
un constante crepitar cuando empiece,
el viento del atardecer, del ocaso llamando la noche,
allí empezará el ruido mientras las hojas se soban unas a otras.

Y yo seguro estaré con pocas palabras, en la boca
escondiéndolas bajo un sorbo silencioso,
¿y tú?
Tú mirarás y quizás busques la conversación
que está perdida detrás de mi garganta.

Y bien, mientras se espera a que ocurra eso
nos seguiremos llamando algo afectivamente por
un par de adjetivos algo despectivos, que en realidad
no demuestra un ligero aprecio, lejano y quizás figurativo también.

B a

Bajo el fugaz destello de la alegría,
una tosca sonrisa jocosa se despierta;
se estíra debil pero con fuerza,
despierta un agrado.

Porque contar una historia fue tan divertida,
porque no fue escurridiza,
pero se me resbala de las manos,
no puedo evitar escribirla, escribirtela,
querido amigo.

Ella sonríe levemente, suavemente,
casi rie, mientras lo cuenta tan jocosamente,
pero llora y sufre tan agudamente,
cuando le duele.

¿Que has decidido?, ¿que has aprendido?,
querida beatrice, querida beatriz, querida b a.

PD: Dedicada a Angest

¡Tú!

¡Ya quisiera yo!, quisiera yo, poder decir;
Poder decir que ya no puedo mas y que te necesito.
Ya quisiera gritarlo y llegar corriendo a ti,
soltando un respiro agresivo,
cual chico -otro que no sea yo- que ha corrido para verte.
que necesito refugio y un oído,
albergarme dentro de tus parpados y
abrazarme con pulgares a tus pómulos, vivir
como un huésped en tu rostro.
Calentándome con unos tibios
rosados, rojos...labios.

Ya ves, para mi es un santuario,
donde me calmaré de vez en cuando
del cual también me iré por ratos.
Pero para ti puedo ser no más que un hombre bajo un puente,
que solo viene a resguardarse del frío.
Puede a irse a vagar en el día a otro lugar;
A distraerse, pero yo estaré sin buscar otro refugio más.


.Ahora bien, bien temo yo...


...Bien temo yo, del frío de esta noche.

Temo yo, que en realidad no sea yo,
más que un huésped bajo un puente.