martes, 22 de noviembre de 2011

Egoísta, egoísta, egoísta...

Quiero disfrutar la suavidad de tu piel, de tus mejillas,
deleitarme con lo poco que me das, pero no me dejes morir de sed,
por que tu eres fuente, no seas egoista conmigo.

Soy un egoísta... pueden ser efímeras las cosas,
pero lo fugaz tuyo permanece en mí, y como el egoísta que soy
quiero que lo que hablemos sea mío, el como te expreses,
que no sea igual con nadie igual, que me robaría el timbre de tu voz,
el tono de tu voz, me llevaría el silencio incómodo que guardamos a veces,
para contemplarle para disfrutarle, saber que en ese momento
silencioso te contemplaba así, así como te quiero.

Y quiero como egoísta que soy, ser tu protector
de tus recuerdo, de tus deseos, de tus impulsos,
de tus silencios, de tus miedos.

Quiero limitarme a lo que tengo y disfrutarle intensamente lo
que no he disfrutado.

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