lunes, 31 de julio de 2017

La duda de mi tercera madre.

Jamás pertenecí a esas escenas,

Nosotros crecíamos en un mundo inimaginario y abierto, en ese tiempo una caja de arena.

Ese déa ella hacía las galletas.

I las cosas y las ideas, le podríamos repetir, necesitar y representar en granos de arena...

Pero ella la hacía realidad.

Probé las galletas que preparó con dulce de guayaba como un conocimiento extranjero más que como algo típico ó conocido.

Y lo reconocí más como placenta que como algo cognocible...

Era sentimiento, familia, era afable.

...

Y ahora cuando ella duda... mi mundo y ser duda.

Qué fácil tiembla mi mundo...

Qué fácil no puedo explicarle ni arreglarle.

Arreglémosle y arreglémosle en cierto ser inarrepentible.

Porque este nunca se inmuta.

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