Acariciando el cuerpo con el viento que impulsas
cual inevitable caer y deslizar del agua,
se desborda la energía usada en este objeto eléctrico en vientos,
refrescándome por igual si guardo silencio viendo la luna que no es,
o si es y duermo.
Engañando mis oídos, creyendo que es un sonido mas bien sutil,
grandes ruidos toca armar a mi alrededor para despertarme.
Vacío en el calor que deshacer, que hasta se duda de ti,
copia energética del viento jovial en el ocaso.
Chillas y quejas, pero que acunas con eso,
tal como mecedora ruidosa a bebe consentido,
por una abuela propietaria de dichosos, rústicos y toscos sonidos,
me balanceas con un alboroto adentrado ya en mi para hacerme dormir.
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